CÓMO HABLAR DEL FUTURO SIN GENERARNOS ANSIEDAD

Ya no estamos en una sola crisis. Ahora vivimos en una policrisis donde, lo mires por donde lo mires—trabajo, salud mental, vivienda, ingresos o ambiente—las cosas no pintan muy bien. Y aquí estamos, con ecoansiedad que no se cura solo con terapia y una hiperconectividad que con un  fin de semana de detox digital no basta. Y aunque nuestros problemas se sientan personales, hay algo más grande y colectivo a lo que también nos enfrentamos: la globalización, que convierte esas luchas en una desesperanza compartida. ¿Estamos solos? No, pero sentirnos así se ha vuelto demasiado común.

Para desmenuzar estas crisis , hablamos en algunos de nuestros conversaderos con Cartograma, un estudio que explora tendencias globales y sus impactos, y con Elena Yepes, diseñadora de futuros, sobre algunas claves de hacia dónde podrían ir las cosas.

Cartograma nos plantea tendencias que se abren como puertas para lidiar con esto:

  • Surrealismo: Si todo es incierto, ¿por qué no usar la imaginación? El surrealismo nos invita a usar la fantasía, la poesía y el arte como herramientas para ver caminos alternativos. Aquí la creatividad se convierte en alivio, un espacio para cuestionar la realidad y reducir un poco de la ansiedad que nos llueve cada día. A veces, la única forma de entender es crear.
  • Elevación: Vivir en modo resiliente, pero no solo porque esté de moda; esto se trata de reconectar con la naturaleza y sus ciclos. La idea es entender cómo estas crisis globales nos afectan y redescubrir lo esencial: desde lo que comemos hasta cómo nos movemos por la ciudad. Adaptarse a un mundo en cambio podría ser más natural de lo que creemos si miramos más hacia la Tierra que al celular. 
  • Además, Cartograma sugiere ejercicios personales que pueden ayudarnos a investigar lo que significan para cada uno palabras como felicidad, futuro y éxito. Técnicas creativas como el collage pueden revelar nuevas ideas sobre qué esperamos y qué entendemos de nuestras vidas en este contexto de policrisis.

Por su parte, Elena Yepes nos trae una propuesta más grande: pensar en el diseño de futuros (sí, en plural). Nos recuerda que los “futuros” no son destinos rígidos, sino que podemos explorarlos, cuestionarlos e, incluso, reinventarlos. Presenta el concepto “Tendrás 30 en el 2030” para hablar sobre la generación Z, que dentro de seis años estará cumpliendo 30, una etapa cargada de retos con preguntas fundamentales sobre la identidad, los valores y el propósito además de los ya conocidos problemas climáticos y desafíos económicos ¿Deberíamos acostumbrarnos entonces a la idea de vivir en crisis? ¿Si tenemos más herramientas digitales, deberíamos convertirnos en personas más humanas? fueron algunos planteamientos. 

Nos anima también a mirar hacia el diseño especulativo, donde la idea es no solo pensar en futuros alternativos, sino planear para que esos futuros sean accesibles y reales para todos, sin que imaginar el futuro sea un privilegio más. Finalmente, propone ejercicios prácticos para proyectarse hacia 2030: pensar en nuestros deseos, metas y obstáculos. Más que sumarnos ansiedad, pensar en los futuros debería ser un motor que nos ayude a prepararnos. Porque si todo está en crisis, tal vez nuestra respuesta no debería ser entrar en crisis, sino aprender a movernos dentro de ella.