Con una meditación guiada que promete la iluminación espiritual como banda sonora, seguimos la historia de Gracia, una adolescente de 16 años, y su papá, Antonio, un hombre frustrado, quienes están sumidos en un círculo de violencia constante y repetitiva. Lugar Común presenta escenas que ilustran cómo es crecer en una familia disfuncional con un padre abusivo y adicto a las sustancias, incapaz de paternar debido a sus propios vacíos, enfocándose en la relación compleja y dañina entre padre e hija, y cómo ella se aferra a la fuerte conexión que comparten en los momentos de sobriedad del papá, quien también puede ser amoroso y afectivo. Los momentos de cariño, ternura y complicidad, son frecuentemente interrumpidos por violencia, abandono, miedo y traición, por parte de los dos, creando un ambiente inestable e impredecible donde abundan traumas indelebles que marcarán por siempre sus vidas, resaltando que el futuro depende de las experiencias que todos vivimos en nuestra juventud. Entrecortamos estas escenas con imágenes oníricas de los dos personajes en diferentes espacios emocionales. La historia propone un viaje crudo e íntimo en el cual explora los desafíos emocionales de la juventud y el despertar de la identidad de Gracia, mientras que su Antonio representa los ciclos que nunca se rompieron, los traumas generacionales, y lo que puede ser el futuro de Gracia si ella no cambia su realidad.
Lugar Común viaja entre la realidad y lo onírico para contar la historia de una relación disfuncional entre un padre y su hija adolescente y sus intentos de romper los ciclos del abuso.